La provincia Marista de Norandina (Ecuador, Colombia y Venezuela) trabaja desde el año 2016 en el desarrollo de iniciativas que apoyan a la población migrante de Venezuela en Colombia, afectada por situaciones de desigualdad y vulneración de derechos. Primero en la capital del país, Bogotá, y posteriormente con la apertura del proyecto ‘Casa marista corazón sin fronteras’ en la ciudad de Maicao, departamento de la Guajira.
El proyecto tiene como objetivo colaborar en la garantía de los derechos de la infancia a la alimentación, salud y educación, acogiendo por cada año de operación alrededor de 600 menores. Niñas y niños, migrantes venezolanos, retornados colombianos e indígenas Wayuu, de edades comprendidas entre los 5 y los 14 años, a través de una propuesta de intervención directa que busca fortalecer el ámbito nutricional, cognitivo, emocional y expresivo.
El proyecto busca, además, brindar asesoría en el proceso de integración de las y los menores al sistema educativo colombiano con el fin de garantizar su derecho a la educación. Todas las acciones realizadas en el marco del proyecto tienen la finalidad de mitigar las realidades de vulneración de derechos tales como la mendicidad infantil, el trabajo informal en la calle, el reclutamiento de menores por bandas criminales del sector y la explotación sexual infantil y juvenil, entre otras situaciones.
La pandemia global, que ha afectado especialmente a los países en América Latina, dota de una especial relevancia al proyecto, que se hace aún más necesario debido a las condiciones de pobreza y desigualdad agravadas como resultado de las medidas de control impuestas por los diferentes gobiernos. Desde marzo del 2020, las medidas de salud pública como el confinamiento, el aislamiento preventivo y la educación a distancia (aún vigente en Colombia), han supuesto obstáculos para la atención y el apoyo ofrecido a niños, niñas y familias.
Actualmente, los responsables del proyecto se afanan en poder ofrecer soluciones alternativas para paliar los afectaciones de la gente. Esto es a través la entrega de mercados para garantizar la alimentación, la donación de medicinas con apoyo de profesionales de la salud voluntarios o el acompañamiento virtual a través de dispositivos electrónicos o llamadas telefónicas diarias y constantes. También está el diseño y entrega de cuadernillos con actividades lúdicas y educativas con enfoque de autocuidado y prevención ante la contingencia sanitaria, así como la orientación telefónica a familias sobre las rutas de atención en casos de brotes de enfermedades, situaciones de maltrato abuso y explotación laboral.
Mientras los Maristas de Colombia se enfrentan a esta complicada situación, se involucran en mesas de diálogo con entidades gubernamentales y no gubernamentales, incluida SED, para buscar apoyo y trabajo articulado en la garantía de los derechos a la alimentación, salud y educación de los niños y niñas migrantes.
Diego Aguilar Aguirre | Técnico de Proyectos ONGD SED