La sede central de SED recibió el pasado 8 de junio la visita de Théodore Soume, presidente de la Fundación Vida para Todos y nuestro socio local en Benín.
-Para conocerles un poco más, ¿qué es la Fundación Vida para Todos?
Nacimos en el año 2005. Nuestra filosofía está reflejada en el título de nuestra fundación en la que no se deja nada fuera. Somos una fundación Laica en la que nuestra prioridad es la formación del mundo rural, en la zona de Kandi. Nuestra acción es complementaria al empuje público en el marco de la lucha contra la pobreza y la erradicación de la exclusión social.
-¿Cuáles son sus principales actividades?
Fundamentalmente, trabajamos en tres ámbitos: formación e inserción de jóvenes, asistencia a las mujeres y asistencia sanitaria en el medio rural.
-¿Cuál es la situación de la educación en Kandi?
Es caótica. El Estado no cubre todos los pueblos y donde llega, la calidad no es la que se requiere. Teóricamente, la educación primaria es gratuita aunque sólo en la matriculación. Es dar sin dar. Además, podemos ver clases de hasta 120 alumnos y alumnas.
-Trabajan por la inserción de los jóvenes. ¿Cómo se puede potenciar este acceso al mercado laboral?
En la Fundación, el primer nivel de secundaria está orientado ya a una formación profesional para los jóvenes. Esta formación profesional pasa por la informática, costura o peluquería. Eso sí, antes de montar una escuela profesional, hacemos un estudio de mercado. No se puede abrir por abrir sino con el objetivo de que los menores puedan realmente insertarse en el mercado laboral. Nuestro objetivo es que haya una escuela profesional alcance de todos y todas y de trabajo de calidad.
-Trabajan en una zona con alta presencia musulmana. ¿Cómo es la sinergia entre las religiones y cómo se traslada esa relación a la educación?
En Benín tenemos una suerte especial en este sentido. Las relaciones humanas están por encima de las religiones. En las escuelas fomentamos esto.
-Cumplen ahora 10 años desde su Fundación. ¿Qué balance hacen de este periodo?
Muy positivo. Eso sí, los inicios no fueron fáciles y más cuando queríamos hacer algo laico. Sin embargo, el tiempo y la coherencia en nuestro trabajo nos han reforzado. Apostamos por proyectos que no sean fantasmas y que den respuestas a las necesidades de la población.
En estos años destacamos los buenos resultados escolares de nuestras escuelas. Tenemos el reconocimiento oficial del gobierno de Benín y eso nos anima.
Destacamos también el papel de las organizaciones con las que trabajamos, como el caso de SED, con la que impulsamos el proyecto de mejora del sistema educativo para la población juvenil en Kandi mediante la construcción de nuevas aulas y bibliotecas en la Escuela Secundaria Champagnat. Un proyecto en el colaboró también el Ayuntamiento de Logroño. Hablamos de pequeños pasos pero pasos muy firmes. Se agradece la fluidez en las comunicaciones con SED y realmente nos sentimos acompañados.
-¿Qué mensaje nos deja tras su visita?
Se nota mucho el espíritu de equipo. Me quedo con la importancia de la relación, la charla, con la esperanza de que SED crece. Compartimos la defensa del derecho a la educación. La educación es el primer pan que hay que dar a todo pueblo. Un pueblo educado es un pueblo responsable.