Seguimos muy pendientes de la situación en Siria. En Alepo permanecen los Hermanos Maristas Azules, a quienes apoyamos desde la ONGD SED. El Hermano George nos manda la siguiente carta sobre la situación de la población:
– Hola, buenos días, quiero hablar con el H. Georges.
Jamás olvidaré tu voz… Me telefoneabas para saber de nosotros. Querías sabes si estábamos bien. Y, en cambio, el que debía hacerlo era yo: telefonearte para saber de ti. ¿Cómo pasasteis la noche? ¿Tuvisteis que ir a refugiaros a la bodega? ¿Cayó algún mortero cerca de vosotros? ¿Cómo están Omar y Doha? ¿Han podido dormir? Y tú, mi querido amigo, mi pequeño de 10 años, ¿cómo estás? ¿Desayunaste? ¿Fuiste a buscar agua para lavaros y limpiar la casa? ¿Cuántos bidones llevaste? Y el pan ¿quién lo fue a buscar? ¿Cómo hicisteis para conseguir gas?
Ya sé que tienes que trabajar, y eso no me escandaliza. Porque sé que entre tú y tu hermano mantenéis a tu mamá. Trabajáis duramente. Más de 10 horas diarias.
Cuando sales del proyecto educativo te vas a trabajar… Y yo no me atrevo a decir nada… Porque sé que tenéis que trabajar tanto tú como tu hermano para llegar a cubrir las necesidades más básicas de la familia. Soy consciente de ello. ¿Dónde están vuestros derechos? ¿Cómo vivís esta injusticia?
Tu sonrisa no te abandona. Iluminas nuestra vida. Nos traes toda la felicidad del mundo. Nos conduces a las fuentes de la paz.
– Hola, buenos días, Mohamad, quiero anunciarte una buena noticia:
Hoy, tantos amigos te recordarán en su oración… No, no solamente a ti, sino a todos los niños de Siria. Pienso en Georges, el pequeño recién bautizado; en Elías, a quien mató un mortero; en Husein, que marchó lejos del infierno del Alepo; en Israa, que enfermó por tener que dejar la maternal de los Maristas; pienso en los niños que vienen todos los días a tomar una comida caliente; en Moufid, que tiene una fobia que lo paraliza, según su mamá; pienso en algunos niños epilépticos y en muchos otros para quienes los papás vienen a pedir pañales…
Mahamad, tú y tantos otros, sois el centro del mundo. Muchas personas en todo el mundo oran en este momento por vosotros.
Y nosotros, los Maristas, que soñamos contigo un mundo de paz y justicia, queremos decirte: por ti, continuaremos el camino de solidaridad; por ti, haremos todo lo posible para conseguir un mundo sin guerra; haremos todo lo posible para que tu vida sea un canto a la vida.
Georges Sabé