Hace más de 10 años, la ONGD SED se propuso investigar a fondo uno de los temas más importantes dentro del ámbito de la cooperación internacional. Se trataba de profundizar en el concepto, tan importante como desconocido, de la anticooperación. Para poder llevar a cabo la investigación, fue necesario atravesar diferentes etapas, así como establecer una red de alianzas con organizaciones externas que desembocan ahora en la publicación del manual de aplicación del Índice.
En un primer círculo de colaboraciones se estrecharon relaciones con otras dos ONGDs que comparten campañas y proyectos. Se creó un departamento de Incidencia Social con Proyde, entidad ligada a los Hermanos de la Salle, y con Proclade, vinculada a los Claretianos. Más tarde la alianza se amplió con siete centros universitarios hispanoamericanos, pertenecientes a la red de universidades que conforman las tres instituciones: Maristas, la Salle y Claretianos. La última etapa del trabajo ha sido desarrollada únicamente por SED, con el apoyo de los autores del manual y profesores de la Universidad de Salamanca.
El trabajo culmina con la presentación del documento, que tendrá lugar en la sede central de la ONGD SED, el próximo 6 de octubre. Un evento que, además, tendrá como hilo conductor la coherencia de políticas y contará con la participación de Javier Salazar Celis como coordinador del proyecto, así como la de Fernando González Alonso, José David Urchaga Litago, Rosa María de Castro Hernández y Jacinto Escudero Vidal como los académicos encargados de desarrollar y dar forma al manual.
¿Qué se entiende por anticooperación?
Se trata de aquellas prácticas que, dentro de las relaciones entre países, bloquean el desarrollo. En muchos casos se presentan como colaboraciones desinteresadas, altruistas, pero que combinadas con intereses secundarios y una mala gestión, terminan teniendo consecuencias nefastas para el progreso de los países en vías de desarrollo. Además, la población termina siendo siempre la más afectada, sufriendo en primera persona las secuelas de la pobreza.
La primera fase de la investigación universitaria consistió en identificar los intereses, en muchos casos egoístas y sórdidos, que a menudo contaminan el trabajo de la cooperación internacional. Los primeros resultados y estudios proporcionaron una lista de más de 14 barreras al desarrollo en estos países. Algunas de las más destacadas son: marcos legales insuficientes, regulación mercados inexistentes, corrupción en inversiones nacionales, violencia generalizada, huella ecológica incontrolada, barreras arancelarias, transparencia o la participación social escasa.
¿Cómo funciona el IAC?
El índice tiene una formulación numérica, fruto de la conjunción de todos los factores señalados en una relación matemática. Su valor está comprendido entre 0 y 1. Aplicando este Índice (IAC) a distintos países, se puede disponer de una lista de todos ellos donde se pondrán de manifiesto las dificultades que tienen para conseguir que los planes y los procesos de desarrollo, sean implementados con éxito.
Con IAC cero (0) o resultados cercanos a este valor, estarán los países donde el crecimiento, el desarrollo y el bienestar social son idóneos. Los países situados en la lista en los valores cercanos al 1 son aquellos en los que las barreras al desarrollo anteriormente citadas son fuertes. Consecuencia de ello, el desarrollo se encuentra bloqueado, provocando que la ayuda procedente de la cooperación internacional no tenga el rendimiento adecuado para conseguir el beneficio de la población.
Aplicar el índice exige investigar la legislación, la situación social y demás factores, también y fundamentalmente sobre el terreno. El objetivo final es introducir elementos de crítica y motivar una reflexión que ayude clarificar los procesos de cooperación internacional. Todo ello en favor de los pueblos, de las comunidades y de las personas, muchas veces perjudicadas por intereses de terceros.
Dpto. Comunicación ONGD SED