“Estoy con la naturaleza”. Este es el lema escogido por la ciudadanía para celebrar este 5 de junio el Día Mundial del Medio Ambiente. Desde el Departamento de Estudios e Incidencia Social de las ONGD SED, PROCLADE y PROYDE trabajamos en la puesta en valor de otras formas de consumo que permitan que nuestro planeta sea sostenible (ODS 12) y las condiciones de vida para sus habitantes sean dignas independientemente del país o región donde vivan. La agenda internacional establece que el esfuerzo para lograr esto debe venir por parte de todos los Estados, pero también de la propia ciudadanía y las organizaciones de la sociedad civil. Por eso podemos decir que –nosotros también– “estamos con la naturaleza”.
Desde hace años hemos coordinado la realización de seis estudios de investigación en diferentes universidades de América Latina (ULSA en México y Costa Rica; Uniclaretiana en Colombia; PUCRS en Brasil). Los hallazgos de dichas investigaciones, relacionadas entre sí por lo que llamamos “anticooperación”, se presentaron el pasado octubre en Madrid en el Encuentro Barreras a la Cooperación en América Latina. Los investigadores participantes, a través de sus pesquisas y trabajos de campo con las comunidades afectadas, pudieron demostrar cómo en sus países existen zonas donde la gran biodiversidad de la tierra se ve afectada negativamente como consecuencia de la implantación de técnicas o cultivos que provocan sequías, enfermedades o desplazamientos forzados, entre otros: “Los entes de poder presionan para que se den cultivos destinados a satisfacer las necesidades de consumo de los países enriquecidos, sin tener en cuenta las consecuencias negativas para nosotros”, asegura Jorge Turcios (Ingeniero del Instituto Nacional Agrario de Honduras).
El estudio conjunto (en proceso de publicación) pretende demostrar cómo, a pesar de que en las políticas de desarrollo de los países donantes se haga mención explícita al trabajo en favor la conservación medioambiental, existen barreras que imposibilitan un desarrollo respetuoso con la naturaleza: “Nuestros gobiernos, con la presión de compañías transnacionales, han cedido a la instalación del monocultivo, provocando graves impactos ecológicos y sociales”, asegura Turcios.
Desde organizaciones como SED, PROCLADE y PROYDE, además de promover estudios de investigación que pretenden poner de manifiesto la incoherencia de las políticas de cooperación al desarrollo, trabajamos también a través de proyectos y contrapartes locales que llevan a cabo acciones de capacitación y liderazgo (entre otros) para asegurar el cuidado de la tierra. Armando Miranda (Coordinador de la Pastoral de la Tierra en Guatemala) nos explica cómo trabajan en Izabal: “llevamos a cabo procesos agroecológicos con las comunidades para que puedan vivir de su tierra sin tener que obligarles a dejarle”. En muchos casos, la riqueza natural de las tierras donde habitan las comunidades en países empobrecidos, hace que estas sean objeto de exploración y explotación, dando paso a la instalación de grandes empresas extractivas que dejan tras su trabajo impactos negativos para el entorno natural donde viven dichas comunidades.
En los trabajos realizados dentro de esta investigación sobre anticooperación y barreras al desarrollo en América Latina se analizan también diferentes casos de monocultivo: “los monocultivos son contrarios a la diversidad, se pierden los ecosistemas, las aguas se contaminan debido a los químicos que agregan para la producción acelerada del monocultivo”, señalan desde la Pastoral de la Tierra.
En el estudio “Expolio de recursos naturales en Costa Rica”, elaborado en el marco de este proyecto conjunto de investigación desde ULSA Costa Rica, se habla también del monocultivo y su afectación al medio ambiente: “La producción simultánea de productos agrícolas de monocultivo, así como el desarrollo turístico provocan estragos en las dinámicas sociales, políticas, ambientales y culturales”.
Desde nuestras organizaciones tenemos claro que un medio ambiente deteriorado provoca situaciones de pobreza e injusticia. Trabajamos para transformar estas realidades tanto desde nuestras respectivas organizaciones, a través de proyectos de desarrollo, como coordinándonos con otras entidades con objetivos similares, fundamentalmente desde la incidencia social. Así lo hacemos en este Departamento de Estudios e Incidencia Social que agrupa a SED, PROCLADE y PROYDE, pero también a través de un trabajo coordinado en la iniciativa Enlázate por la Justicia, con la campaña “Si cuidas el planeta, combates la pobreza”, en línea con los mensajes de la Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco.