A la guerra sobrevino una crisis económica, luego un terremoto y, dos años después, tuvo lugar un cambio de régimen que complejizó el escenario político y social en el territorio sirio. Desde noviembre de 2024, al horror y al pánico generalizados, se sumó la incertidumbre, sin mencionar los acontecimientos de extrema violencia que tuvieron lugar en marzo de este año. “Cada día nos despertamos con una sorpresa diferente”, resaltó en más de una oportunidad Adel Janji, director técnico de «Maristes Bleus» -en español ‘Maristas Azules’-, durante el café coloquio organizado por SED en su sede central el pasado jueves 3 de abril.
El nuevo equipo directivo del movimiento que surge en 2012 como respuesta a las necesidades de la población siria afectada por el conflicto bélico en Alepo y que comenzó trabajando en y desde la escuela-de ahí su conexión histórica con la institución Marista cuya presencia en Alepo se remonta desde principios del siglo XX- está conformado por Adel Janji, Lina Lawand, responsable de finanzas y Bahjat Azrie, coordinador del proyecto ‘Semillas’ de apoyo psicosocial y referente de los Maristas en Siria. Durante el encuentro, el grupo dio cuenta del complejo entramado de factores que confluyen en el actual contexto sociopolítico que atraviesa el país y las extremas dificultades que se les presentan en consecuencia para llevar adelante sus proyectos, especialmente en términos de censura. Su principal temor: una forzada interrupción de sus actividades.
“Trabajamos con los cristianos porque nos interesa que siga habiendo presencia, pero eso no nos hace olvidar que estamos para los más necesitados”, explicó Azrie, al expresar su preocupación respecto a aquellos proyectos dirigidos a la población musulmana, especialmente los que buscan empoderar a niñas, adolescentes y mujeres. El equipo relató cómo hoy en día se tornan cada vez más recurrente comentarios como “Fuera de aquí, cristianos”. “Esperamos poder continuar nuestra misión, pero este es nuestro contexto ahora, lidiar con sorpresas”, enfatizó Janji.
A su vez, los tres referentes del movimiento coincidieron en la gravedad que supone el incesante desplazamiento de la población que, según cifras de ACNUR, ya registra más de 13 millones de personas que, en casi 14 años de conflicto, han abandonado el país como también la baja tasa de natalidad en Siria. Cabe destacar que no existen estadísticas demográficas oficiales desde el inicio de la guerra.
Si bien el pronóstico inmediato no es alentador, los Maristas Azules no han perdido la esperanza y trabajan por restablecerla en sus beneficiarios, impactando en la vida de más de 8.000 personas a través de sus programas de asistencia, educación y desarrollo. “El primer día de colegio los niños y las niñas llegan llorando porque no quieren entrar y el último día también lloran, pero porque no se quieren ir”, relató Lawand.
Por otra parte, aun cuando ‘Gota de Leche’ se presenta como uno de los proyectos más emblemáticos de la organización, el equipo marista azul resaltó cómo ‘Quiero Aprender’, propuesta destinada a preparar a niños y niñas de familias musulmanas en situación de extrema pobreza para su escolarización, entre otros proyectos educativos, y los programas de desarrollo focalizados en inserción laboral con perspectiva de DDHH son la clave para la lucha contra la pobreza.
La jornada celebrada a principios de este mes reunió no solo al equipo de SED Central y referentes de Champagnat Global sino también a organizaciones como Fundación Benito Menni de Hermanas Hospitalarias, Acción Verapaz de la Familia Dominicana y Proyde de los Hermanos de La Salle, las cuales participaron de la campaña de recaudación promovida por SED frente al terremoto que azotó Siria en febrero del 2023.