El final del mayor genocidio perpetrado en el siglo XX, después del que llevó a cabo el gobierno nazi en Europa, ha cumplido este verano veinte años: Ruanda. Un aniversario de horror, un suceso inhumano. Y lo peor de todo, un conflicto con heridas sin cerrar. Un proceso de reconciliación sin democracia real ni justicia imparcial.
Recordamos así, con la repulsa, a las más de 800.000 personas de etnia tutsi asesinadas entre abril y julio de 1994 en este país subsahariano, tras cuatro años de guerra civil. Señalamos a la comunidad internacional, con los Gobiernos de los países miembros del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas a la cabeza, por su pasividad entonces y en la actualidad.
Los intereses económicos de los países enriquecidos, entre ellos España, siguen ocultando la realidad. Un ocultismo interesado que las ONG de Desarrollo continuamos denunciando.