El pasado jueves 6 de octubre tuvo lugar la presentación oficial del manual de aplicación del Índice Anticooperación, un trabajo de investigación coordinado por SED, clave para la entidad dentro del marco de la cooperación internacional y el trabajo en red. Han pasado 10 años desde que que se iniciara hasta su reciente publicación, en los cuales se ha desarrollado una herramienta que, utilizada correctamente, puede ser de gran utilidad para evaluar el trabajo en cooperación al desarrollo. El evento tuvo lugar en la sede central de la ONGD SED en Madrid.
Abría el acto Luis Naranjo, director de la ONGD SED, que a su vez daba paso a la primera ponente de la tarde, Olga Calonge de la Coordinadora de ONGD para el Desarrollo. Su intervención estuvo enfocada en ofrecer un contexto sobre la situación actual de la cooperación, y más concretamente en desarrollar el significado del término “coherencia de políticas”.
Se puso sobre la mesa un modelo económico actual que no está siendo eficiente así como la necesidad de un “anclaje legal” que precisamente pueda evitar esa situación. La idea del individualismo frente al progreso conjunto. Olga insistía en que es necesaria una cooperación “compartida y cuidadora”, para que realmente logre el desarrollo sostenible deseado.
La cooperación, para ser transformadora, necesita enfoques y coherencia de políticas
Tras la intervención de Olga, tomaba la palabra Javier Salazar, antiguo director de la ONGD SED y coordinador del trabajo de investigación que ha culminado con la publicación del manual. Javier centró su intervención en contextualizar el concepto de anticooperación, relacionado más concretamente con la labor de las ONGs. Explicó cómo surgió, junto a entidades socias como Proclade y Proyde, la inquietud de desarrollar este trabajo en el marco de la Incidencia Social, creando inicialmente un departamento conjunto de trabajo.
Más tarde intervinieron, presencial y virtualmente, dos de los autores del libro e investigadores de la Universidad Pontificia de Salamanca. Por un lado Fernando González Alonso y más tarde José David Urchaga Litago. En sus ponencias pudieron desarrollar de manera más técnica el funcionamiento del índice, así como el proceso que se siguió para diseñarlo. Pese a su aparente complejidad, dejaron claro que puede ser aplicado de forma sencilla en diferentes ámbitos del mundo de la cooperación, con el fin de extraer datos estadísticos que establezcan el nivel de cooperación/anticooperación que se está promoviendo en un determinado lugar.
En definitiva, el Índice se presenta como un paso más dentro del trabajo en cooperación, ofreciendo una herramienta real para poder seguir analizando y mejorando las actuaciones de los estados y las organizaciones en este ámbito. Los ponentes dejaban claro que es necesario apostar por este tipo de alternativas, ofreciendo su acompañamiento en los análisis así como en la búsqueda de financiación si fuera necesario. Está claro que el mundo necesita del desarrollo sostenible que, a través de todas las estructuras pero especialmente desde las entidades sociales con este tipo de iniciativas, se ha de promover.
Ismael Cámara | Comunicación SED