Bolsas de plástico, botellas de plástico, lechuga envasada en plástico, frutas y verduras en plástico, mascarillas distribuidas en bolsitas de plástico, juguetes de plástico, café para llevar en vasos de plástico, paletinas de plástico, champú y gel en un bote de plástico, galletas envueltas en monodosis con plástico, tampones de plástico, yogures en plástico, tuppers de plástico, muebles de plástico…
Nuestro estilo de vida actual y nuestra forma de consumir nos han llevado a generar una cantidad de residuos mayor de lo que nos podíamos imaginar. El plástico se ha constituido ya como un grave problema para nuestra salud, para el medio ambiente y para las economías del mundo.
Hemos de recordar que, ante este problema, el Congreso aprobó recientemente la Ley de Plásticos de un Solo Uso, que tiene como objetivo proteger el medio ambiente y disminuir la generación de residuos, ya que entre el 60 y el 95% de la contaminación de los océanos proviene de los plásticos. Esto supone un gran avance, pero en las ONGD no nos conformamos, e independientemente del compromiso político, queremos hacer un llamamiento a todas las personas para ejercer una ciudadanía responsable. Para ello, compartimos los siguientes tips o preguntas de reflexión:
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¿Compras por internet?
Es importante apoyar al pequeño comercio de nuestro barrio para generar desarrollo local, haciendo de nuestras ciudades y pueblos lugares seguros. Además, reducimos el transporte, el embalaje innecesario, y por lo tanto la contaminación. Pensemos además que, si todas las tiendas desaparecen, perdemos la vida que hay en ellas. Y por supuesto, no olvidemos llevar las bolsas de tela al hacer la compra.
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Haz una lista (mental o en papel) de los residuos que generas en casa.
Ver y analizar nuestros residuos, supone el primer paso para tener hábitos de vida más saludables, ejerciendo un consumo consciente y evitando generar más residuos de los innecesarios. Intentemos reducir al máximo los embalajes supérfluos (¿para que necesito comprar una rodaja de salmón en una bandeja de poliespan envuelta en plástico film si puedo ir a la pescadería y me lo dan envuelto en papel?), reutiliza aquellos que se pueden convertir en otras cosas, proporcionándote un ahorro, y recicla aquellos objetos para los que no encuentras una utilidad posterior.
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¿Piensas donde se han producido los productos que compras, en qué condiciones o cómo han llegado hasta tu casa?
Seguramente que no nos paremos a pensar en estas cosas cuando compramos, pero sería interesante hacerlo de vez en cuando porque modificaríamos nuestro consumo. ¿Quién no prefiere unas zapatillas hechas con fibra reciclada de plásticos recogidos en los océanos? ¿Quién no prefiere comer frutas que no han sido rociadas con elementos químicos? ¿Quién no prefiere las alubias, los tomates o las naranjas de su zona?
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Mira tu baño, seguro que hay 3-4 cosas que puedes mejorar.
Siguiendo la filosofía zero waste os animamos a cambiar el gel y champú por pastillas sólidas donde no se genera ningún residuo. También tenemos opciones para la higiene bucodental, haciendo nuestra propia pasta de dientes o colutorio o simplemente cambiando el cepillo de dientes de plástico por uno de bambú. Y, en el tema de higiene menstrual, si aún no has descubierto la copa menstrual ¡ya estás perdiendo tiempo!
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Y en la despensa… ¿cómo almacenas las cosas?
No es necesario tener botes perfectamente ordenados, ni cajitas de diseño. Los botes de cristal que hemos comprado con otros productos, nos pueden servir para almacenar las aceitunas que compremos a granel, las legumbres, la harina, el azúcar… y los botes más pequeños, tipo de mermelada, nos pueden servir como vasos para el café.
Desde SED, educamos en un consumo consciente, promoviendo el Consumo Responsable a través de diferentes acciones y proyectos de Educación para el Desarrollo y la Transformación Social. Por ello, a lo largo de estos 30 años hemos distribuido botellas de agua de aluminio, bolsas reutilizables para pesar la fruta y verdura reduciendo los plásticos y fomentando la compra a granel, portabocadillos de tela para evitar el papel de aluminio, talleres de jabón con aceite reciclado, hemos ofrecido productos de Comercio Justo como wraps de cera para envolver los alimentos o vasos de silicona para tomar el café en la oficina.
Recientemente, hemos editado dos juegos para fomentar estos hábitos de una manera lúdica, tanto con el juego de cartas ‘Objetivo 2030’ como con el juego de mesa ‘Montaña de letras’, los niños y niñas descubren, desde pequeños, que además de satisfacer nuestras necesidades debemos pensar en nuestro planeta y cuidarle ejerciendo un consumo más responsable.
Tamara Cabezas | SED Compostela